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lunes, 24 de octubre de 2016

A new color

Hay momentos en los que uno no quiere estar en casa pero cree no tener a donde ir, nunca había estado tan equivocado. 

Tiene rato que no invento historias en mi mente que me hagan viajar a mundos maravillosos de los que no me gustaría regresar, olvidar un rato las deudas, los malos tragos, los buenos momentos y perderme simplemente en mis pensamientos.

Cuando era niño todo parecía un mundo de fantasías y lugares extraños que me gustaba crear para divertirme, a lo mejor lo que hacia era esconderme de mi mundo real a pesar de que no había nada malo con lo que pasaba por mi vida en ese momento.

Siempre creí ser el único que podía crear esos lugares tan extraños y llenos de irrealidades que cuando duermo vuelven a suceder, ¿pero por que dejé de hacerlo mientras estaba despierto? por que en el mundo donde me toco vivir había maestros y gente que creían que estaba loco.

Fui a terapias donde me ayudaban a desarrollar mi creatividad, una creatividad fuera de la fantasía, una creatividad manipulada donde me enseñaron a ligar las situaciones de la vida como ellos habían aprendido que era correcto. Aprendi a ponerle un principio, un en medio y un final a lo que pensaba y quería expresar.


hoy me queda un poco mas claro lo equivocados que estaban estos “especialistas” por que  cuando el ser humano cree tener certeza de donde empieza y donde termina lo que se tiene planeado puede suceder algo “no planeado” que cambie el poco sentido que creíamos haberle dado a nuestra existencia.


Creo que algo hice bien en todas esas terapias que supuestamente me daban por haber tenido el paladar poco desarrollado y así poder aprender pronunciar la letra “r”, la cual me dio mucho trabajo; esas terapias que me dieron por que alguien con sus mismos pensamientos pero mas arcaicos intento hacer a manera de modificación de hardware que fue forzarme a usar mi mano derecha y dejar de ser zurdo, esa modificación que me trajo “problemas de atención” y no dejaba que me concentrara en la escuela para ser “aplicado”. 

Nunca estuve mal, mi error era ser “zurdo” mas que ser zurdo el problema era que tenia mas desarrollado el lado del cerebro que nos hace imaginar y chorrear colores jamas inventados por el ojo humano, colores que no podemos nombrar y que solo podemos ver en nuestra mente.

Hoy la creatividad es algo parecido al oro, es bien pagada siempre y cuando se la vendas al individuo que su lado cerebral este enfocado en vender lo maravilloso que has creado, ponerle una marca y hacer que sus clones de otros matrimonios sientan esa emoción que quien la creo sintió, pero esto es solo un placebo ya que ellos no la pueden crear.

A lo que voy es que hay que dejar que nuestros conocidos inventen historias maravillosas sin enfocarnos en si somos diestros o zurdos; normales o diferentes; creativos o técnicos; locos o serios, si no que usen ese lado maravilloso de nuestro cerebro que nos ayuda a soñar durante las noches o a algunos aún despiertos.

Ese lado de su cerebro que los deja ser creativos y sentir el extasis de vez en cuando en nuestras prefabricadas vidas.


Seguiría escribiendo pero hay unos duendecillos de 6 metros que me invitan a fantasear con jirafas cósmicas que están tomando café con su quinta pata mientras una piedra les platica de lo que le contó un pedazo de madera.

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